Conflicto social en Chile: del particularismo, excepcionalismo y presente-centrismo a la revalorización de la estructura
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Resumen
Lo viejo y lo nuevo cada tanto aparecen como ejes diferenciadores en el pensamiento humano. Tal parece ser que nuestro presente olvida fácilmente el pasado y asigna un factor “novedoso y único” a los hechos más recientes. Este “presente-centrismo” opera tanto a niveles individuales como colectivos. En esta línea, por ejemplo, hace 2500 años Sócrates (Sócrates 469 a.C. -399 a.c.) señalaba:
La juventud de hoy ama el lujo. Es mal educada, desprecia la autoridad, no respeta a sus mayores, y chismea mientras debería trabajar. Los jóvenes ya no se ponen de pie cuando los mayores entran al cuarto. Contradicen a sus padres, fanfarronean en la sociedad, devoran en la mesa los postres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros.
En la actualidad no es inusual seguir escuchando a diversos adultos quejándose del comportamiento de los jóvenes, crítica que se extiende no solo a ellos, sino también al mundo, a las cosas, las costumbres y tradiciones. Así por ejemplo, entre la frase de Sócrates y los jóvenes irracionales prisioneros de pulsiones3 que utiliza el rector Carlos Peña -con más o menos argumentos- hay un hilo normativo común.